El 3 de marzo desde la calle Basoa



Sonaba el despertador en la calle Basoa nº6. El olor del café invadía todas y cada una de las habitaciones de la casa, su única salida era la puerta de casa, que se abría según los miembros de la familia Hernani Garcia emprendían el camino a sus rutinas. Era 3 de marzo de 1976 en Vitoria-Gasteiz, el dictador había muerto hace ya tiempo, pero la transición a la democracia daba pequeños pasos, que muchas veces no eran ni hacia delante.


Acompañado de su cuñado Santiago, Manuel Hernani salió de casa en dirección a la Iglesia de San Francisco de Asís, en el barrio de Zaramaga. Después de dos meses de huelga, era el tercer día de huelga general que se celebraba en la ciudad. Los miserables salarios y las precarias condiciones laborales empujaban a los gasteiztarras a la búsqueda de algo mejor, que aunque por el momento inexistente, confiaban en que podría llegar. Mª Ángeles Garcia, mujer de Manuel, consiguió un día más poner en marcha a toda la casa, y según se despedía de su marido sintió el primer escalofrío del día. “Yo me dedicaba a cuidar de mis hijos, de lo cual estoy muy orgullosa, pero siempre he tenido ambiciones, por eso me fui del pueblo. Quería algo más.” Las tareas de casa formaban parte de la cotidianidad para ella, pero ese día venía su sobrina de Miranda a la tarde, y junto a la asamblea que estaba teniendo lugar a pocas calles de su casa, fueron sus dos quebraderos de cabeza aquella mañana.


Según se disipaba el olor a café, el sonido de la radio fue adquiriendo más protagonismo en la casa. Los locutores dedicaron poco tiempo a cubrir otros temas que no fuera la asamblea general informativa convocada en Zaramaga. Después de todo el día bajo la atenta mirada de los grises (las Fuerzas de Seguridad de la época), los trabajadores fueron poco a poco llenando los bancos de la Iglesia. “Mi hermano Santiago y mi marido estaban ese día en la iglesia en la que se había convocado a la huelga de la empresa en la que ellos trabajaban”, Grupos Diferenciales. Los trabajadores, aún siendo conocedores de la protección que el Concordato ofrecía a las Iglesias frente a una posible incursión de la policía, entraban a San Francisco de Asís con una mezcla de inseguridad y valentía. “Iban a hablar sobre el convenio de la empresa. Entonces allí ya en la iglesia, la policía sabía que ellos estaban dentro reunidos.” Posteriores grabaciones internas de la policía desvelaron que dejaron que se llenara la Iglesia de forma premeditada.


En la calle Basoa el día seguía su curso rutinario, excepto por la inminente llegada de la sobrina de MªÁngeles, la cual tenía que estar apunto de llegar. Pero el sonido de la radio que durante todo el día había sonado en un segundo plano, pasó a un primero, sino primerísimo, cuando se comenzó a locutar la ofensiva que los grises estaban acometiendo en la Iglesia de San Francisco de Asís. La policía había ordenado el desalojo de la Iglesia, pero la multitud se negó a salir por el miedo a ser aporreada. Las Fuerzas de Seguridad procedieron entonces a utilizar gases y otros materiales para forzar el abandono de la Iglesia. Presos del pánico y la asfixia, los trabajadores salieron en busca de oxígeno y refugio. Los disparos y las cargas fueron inmediatos.


Por un momento el mundo de MªÁngeles se paró, pero no era alguien que supiera quedarse de brazos cruzados. “Nosotras queríamos bajar a la calle para que nos informaran, pero no nos dejaban, entonces nos asomamos a las ventanas.” Según los trabajadores abandonaban como podían la Iglesia, las calles de Vitoria fueron llenándose de pequeñas batallas campales, en las que unos jugaban con piedras, y otros con balas. “Estábamos igual de encerrados que ellos, no podíamos hacer nada. No podíamos ir a la Iglesia para nada claro.” Los grises recorrían las calles. Sus fusiles apuntaban a los balcones y ventanas donde la gente trataba de asomarse para ver lo que pasaba. No fueron ni una ni dos las ventanas que se rompieron a causa de los disparos. “Mi sobrino Unai era pequeño, y no paraba de salir a la terraza y asomarse por el balcón, y yo le decía a mi cuñada Blanca que le quitara de ahí, que igual le veían desde la calle y le daban en la cara.”


Cinco mil familias tenían mínimo a un familiar en esa Iglesia. La falta de información y la locura que se desató en las calles no hizo más que sumir a Mª Ángeles en un estado de angustia y preocupación. “No hemos pasado más miedo en toda la vida.” Además su sobrina seguía sin llegar a casa, “no la dejaban pasar, y yo sin poder hacer nada. Sin comerlo ni beberlo yo tenía un fregado cojonudo también.” El día soleado se fue oscureciendo poco a poco, la radio comenzó a transmitir información sobre disparos a la salida de la Iglesia. “Ellos se hicieron con todo el poder e hicieron lo que les pareció. Todo a lo bestia.” 


Después del transcurso de unas horas, Manuel y Santiago enfilaron la calle Basoa. Se dirigieron a los brazos de una familia que, ese día especialmente, no podían estar más felices de escuchar el sonido metálico de las llaves abriendo la puerta que esa misma mañana había dejado escapar el olor a café.


Cinco trabajadores no tuvieron la misma fortuna que Manuel y Santiago. “Al final se armó la que se armó. Hubo disparos y mataron a 3, eso fue lo más duro de todo.” Pedro María Martínez Ocio y Francisco Aznar Clemente fueron asesinados en el mismo lugar de los hechos. Romualdo Barroso Chaparro lo hizo poco después. José Castillo García y Bienvenido Pereda Moral murieron a causa de las acciones llevadas a cabo por la policía comandada por Martín Villa, pero lo hicieron en los días posteriores. “Eso no se puede tolerar”, afirma MªÁngeles 48 años después de la matanza. Casos como el de Andoni Txasko, ahora portavoz de la Asociación Martxoak 3, también se atribuyen a la violencia policial ejercida los días posteriores.


“No, no se les ha reconocido. Fíjate en lo que son las cosas. Para la gente que lo vivió y estaba en la Iglesia, las personas que murieron son claramente víctimas del Estado. Pero el Estado no ha hecho hincapié en eso para que no volviese a pasar. Incluso amenazaba con que si volvía a pasar eso (una huelga) pasaría otra vez lo mismo. El que mandaba era el que mandaba, el que tenía la empresa.” El proceso judicial para el reconocimiento oficial de las víctimas sigue abierto. La responsabilidad de Martín Villa y otros comandantes el día 3 de marzo sigue sin ser oficializada, e incluso Villa se muestra públicamente orgulloso de aquel aciago día. Aún así, la ciudad de Vitoria no olvida, “luego ha habido manifestaciones para rememorar el día, no es un tabú. Cuando tuvimos miedo fue ese día, porque estábamos amenazados por la policía y por todos. Hoy no hay miedo” La llamada “Querella Argentina” trata de recurrir al principio de Justicia Universal, mediante el que un país tiene la potestad y legitimidad para juzgar lo acontecido en otro. Aún esperan la resolución después de que Martin Villa compareciera voluntariamente ante la jueza Servini hace escasos meses. 


La labor de la Asociación Martxoak 3 ha sido fundamental para que los hechos del 3 de marzo perduren en la memoria de los gasteiztarras. Aun así, es muchas veces la transmisión de mayores a pequeños, de amas a hijos, de aitonas a nietos lo que permite que la lucha por un reconocimiento de las víctimas perdure. “Aquello nos afectó mucho. Mis hijos eran pequeños, pero luego crecieron y querían saber. Siendo mayores les conté todo. Yo les he informado siempre de todo en general, pero de esto especialmente claro. Y no solo eso, a mis nietos también se lo he contado siempre. Lo pasamos mal, y no quiero verles en una situación parecida.” 


Aquel día, muchos de los trabajadores consiguieron interceptar la frecuencia policial mediante la que se comunicaban los grises. Una de ellas resume y condensa lo acontecido: “Hemos contribuido a la paliza más grande de la historia.” Manuel trabajó durante 30 años más en la empresa que había tratado de mejorar desde dentro. Mª Ángeles no sólo sacó adelante a 4 hijos, sino que después montó un taller de cerámica en el que lejos de enseñar a destruir, pronto contribuiría a construir. “Los conflictos se arreglan, y las personas también”, asegura ella sin atisbo alguno de duda.


Bibliografía


  • Asociación, Martxoak 3. “Los Hechos.” 3 de Marzo. Accessed October 23, 2024. https://www.martxoak3.org/loshechos/. 

  • Asociación, Martxoak 3. “Multimedia y documentación.” 3 de Marzo. Accessed October 23, 2024. https://www.martxoak3.org/loshechos/. 

  • Eitb. “Conversaciones Policiales Del 3 de Marzo de 1976.” EITB, March 8, 2023. https://www.eitb.eus/es/audios/detalle/9126646/audio-conversaciones-policiales-del-3-de-marzo-de-1976--radio-vitoria/.

  • Eitb. “Legado de La Memoria Colectiva Del 3 de Marzo.” EITB, March 3, 2023. https://www.eitb.eus/es/radio/radio-vitoria/programas/radio-vitoria-gaur/audios/detalle/9126618/audio-legado-de-memoria-colectiva-del-3-de-marzo/.

  • El Salto, Redacción. “Martín Villa Admite Que Pudo Ser ‘Responsable Político y Penal’ de Las Muertes de La Matanza de Vitoria y de Los Sanfermines Del 78.” www.elsaltodiario.com, January 17, 2022. https://www.elsaltodiario.com/crimenes-franquismo/martin-villa-admite-pudo-ser-responsable-politico-y-penal-muertes-matanza-vitoria-sanfermines-del-78. 

  • Pascual, Ana María. “Martín Villa Sigue Imputado En Argentina Por Crímenes Del Franquismo Pese a Que de Momento No Será Juzgado.” Público, September 21, 2022. https://www.publico.es/politica/martin-villa-sigue-imputado-argentina-crimenes-franquismo-pese-momento-no-sera-juzgado.html. 

  • Pozas, Alberto. “Las Víctimas Del Franquismo Vuelven a Argentina Para Reclamar La Imputación de Martín Villa: ‘Pedimos Justicia.’” elDiario.es, March 21, 2024. https://www.eldiario.es/sociedad/victimas-franquismo-vuelven-argentina-reclamar-imputacion-martin-villa-pedimos-justicia-mayusculas_1_11233160.html. 

  • Txasko, Andoni. “El caso de Andoni Txasko”, entrevista hecha por Markel de Bilbao Catediano. Barcelona, 21 de octubre de 2024.

  • Zoilo, MªÁngeles. "Elkarrizketa Amonarekin", entrevista hecha por Markel de Bilbao Catediano. Barcelona, 20 de octubre de 2024.


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